¿QUÉ ES EL TRAUMA?

¿Qué es el trauma?

Seguro que alguna vez has escuchado hablar del “trauma”, ¿pero alguna vez te han explicado lo que significa?


Muchas veces pensamos que trauma son catástrofes o eventos muy graves, sin embargo, hablamos de trauma ante cualquier experiencia que sufre la persona y que supera la capacidad que la persona tiene de integrarla, es decir, cuando el nivel de intensidad del episodio es tan grande que carece de las herramientas psicológicas necesarias para poder lidiar con ello.

Trauma pueden ser experiencias de rechazo, de violencia, de muertes, de abandono, de maltrato… Es tan habitual que se estima que en torno al 70% de las personas han pasado en algún momento de su vida por algún acontecimiento traumático grave.

En ocasiones, la intensidad emocional es tal, que el recuerdo de la experiencia traumática queda “bloqueado”. Esto es un mecanismo de defensa que hace que la persona se vea incapaz de recordar el evento traumático.

CONSECUENCIAS DEL TRAUMA

Independientemente de si recuerda o no la experiencia traumática, el trauma tiene consecuencias en la vida de la persona:

  • Tiende a introducir un cambio en la forma en que considera o piensa acerca del mundo, de las personas, de las relaciones y de uno mismo.

Por ejemplo, es frecuente que a raíz del trauma la persona se sienta “incapaz”, “poco suficiente”, que perciba el mundo como un “lugar peligroso o poco confiable”, o se sienta con miedo o inseguridad en las relaciones personales.

  •  El trauma puede generar también “síntomas”, que son la consecuencia de que el sistema nervioso haya quedado desde entonces hiperactivado o hipoactivado.

Un sistema nervioso hiperactivado genera que la persona se encuentre frecuentemente preparada para huir de un supuesto peligro o enfrentarse a él. La reactividad emocional, las obsesiones, el constante estado de alerta o el nerviosismo serían signos de dicha hiperactivación.

La hipoactivación del sistema nervioso tiende a producir un comportamiento más pasivo, dificultades cognitivas, lentitud o sensación de vacío y desesperanza.

  • Otra de las consecuencias es que la persona puede revivir alguno de esos eventos como si se tratase de situaciones que continúan ocurriendo, aun estando ya fuera de peligro, generando la evitación de determinados lugares, relaciones o situaciones.
  • También consecuencia del trauma, la persona genera estrategias para sobrevivir y que condicionan la narrativa sobre uno mismo basada en lo que le pasó. Frases como “tengo que poder solo”, “tengo que cuidar a los de mi alrededor”, “me da miedo que me abandonen”, “hay algo malo en mí”, etc. o comportamientos como ser excesivamente responsable o independiente, son habituales en personas que han sufrido este tipo de eventos dolorosos.

¿ES POSIBLE INTEGRAR EL TRAUMA?

Integrar el trauma implica poder acercarnos juntos, desde el respeto y el cariño al recuerdo de la experiencia traumática y a aquellas cosas relacionadas con el trauma.

Integrar el trauma es darle espacio a poder llorarlo, a enfadarnos por haberlo sufrido y a sentirlo, de una forma cuidada y protegida, para que esa experiencia no te siga produciendo consecuencias desagradables y deje de condicionar la forma de sentirte a ti mismo y de percibir el mundo.

Integrar el trauma es desaprender las estrategias que desarrollaste consecuencia de éste y que ahora te hacen daño. Es desarrollar acciones seguras en una relación segura. Es cuidar a tu “yo” que no pudo ser cuidado.

Para todo esto, es imprescindible un espacio de seguridad donde poder narrar tu historia… En Cala Psicología lo construimos para poder hacer este trabajo juntos.

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